Esta temporada, la única, incomparable, espectacular e imperdible quedada Comuniera se hizo de rogar hasta el pasado sábado 28 de octubre, obteniendo el récord nada deseable de quedada más tardía de la historia.
En esta ocasión, la comilona se llevó a cabo en el restaurante La Tagliatella, muy conocido por su gran variedad en verdura y pescado, por lo que los comensales se pusieron hasta las botas de platos de pasta y carne, regados (para algunos) con un buen vino Lambrusco, y en el que no pudieron faltar postres bien dulces para terminar de asentar los estómagos y prepararlos para el evento estrella de la jornada.
A comerrrr |
Tras haber llenado bien los estómagos, el grupo procedió al ya clásico paseo (esta vez cortísimo) hacia la zona recreativa, en donde se procedió a la selección de estadio entre los tres futbolines disponibles. Se eligió aquel con el céspet en mejor estado, y cuya ubicación estuviera alejada de (casi) cualquier distracción de público ajeno.
Tras tener ya la zona de juego elegida y bien preparada, Samu hizo los calentamientos previos de rodillas y muñecas para realizar la gala de inauguración con el tradicional paso de mopa (honor para el último clasificado) y entrega de trofeo de ganador de Comunio 22-23 a Ángel. Cabe reseñar que ambos se vieron bastante cómodos en ambas acciones, pues últimamente se están repitiendo estas posiciones en los últimos años.
Una vez terminado el acto inaugural, se realizaron las fotos del podio y del total de participantes.
1º Ángel - 2º Edgar - 3º Miguel |
Los participantes |
La tensión del futbolín |
Aunque todos los partidos fueron bastante igualados, y las victorias se iban sumando en los casilleros de todos los participantes, hubo uno de ellos que tuvo un día para olvidar. Miguel, quien pudo establecer un récord negativo bastante difícil de superar, únicamente consiguió una pírrica victoria por 4-3 en la última bola, cosechando pues, 11 derrotas, ninguna de ellas por la mínima (resultado más repetido: 5-2).
No siendo ya suficiente horrible cosechar 11 derrotas, la fatalidad llegó en forma de sufrimiento en 2 de esas derrotas: 6-1, salvando la mopa en el último suspiro...
Y, como siempre puede ir todo a PEOR, en el último partido que debía disputar, ocurrió lo que parecía inevitable (spoiler del vídeo... 7-0 y su consiguiente mopa para terminar la participación en el torneo 👏👏)
Dejando de lado las desgracias, el resto de jugadores mantenía la tensión competitiva puesto que nadie destacaba especialmente, y no quedaba claro quien podría ser el ganador de esta edición:
¿Edgar con su gran habilidad como portero y defensa?
¿Carlos y su gran dominio en torneos de futbolín en ediciones pasadas?
¿Ángel, consiguiendo un doblete y arrasando en la temporada 22-23?
¿Pérez en estado de gracia metiendo todo lo que tocaba, aunque fuera de refilón?
¿Pablo y si inacabale e infinita roña, coña, suerte, Pablotrina (e innumerables sinónimos)?
¿Samu para desquitarse de la mopa de las dos últimas temporadas?
¿Mig...? No, este ya tuvo bastante humillación.
Todo quedaba para el último partido, jugado por Pablo-Ángel vs Pérez-Edgar, en el que cualquiera de los 4 podría llevarse la victoria final del torneo. Carlos y Samu miraban expectantes por si se diera alguna carambola que les alzase con la victoria, y Miguel andaba llorando por sus miserias, limpiándose el jersey del polvo a causa de la mopa anterior.
Pedimos disculpas de antemano por el dolor de cuello causado por el vídeo, ya que es un momento de gran tensión del partido, con 3-3, decidiéndose todo en una única bola, tras 20 partidos disputados y hasta 6 jugadores con posibilidades de ganar el torneo de futbolín...
Tras esta emocionante jugada, Pablo y su excel hicieron los cálculos correspondientes, dando los siguientes resultados:
Édgar conseguía situarse por encima del resto, en el torneo más igualado que se recuerda: 6 participantes en una diferencia de 2 victorias.
El torneo también se recordará por dos datos increíbles: el récord negativísimo de Miguel, toda una proeza poder superarlo, y lo más inverosímil de todo: la única victoria cosechada por este nefasto jugador fue de pareja con Édgar, que a la postre fue indispensable para su 1er puesto final.
Curiosidad muy curiosa: el torneo se estuvo disputando mientras había un BARCELONA -REAL MADRID en curso. Carlos y Pérez fueron los más fuertes y no consiguieron spoilearse de nada.
El resto, con Ángel, Miguel y Samu a la cabeza, no pudieron resistirse e iban viendo el resultado en el móvil de vez en cuando. Al terminar el futbolín, los 3 se arrejuntaron alrededor del móvil para terminar de ver el match, ahogando todos (o casi) los gritos por las jugadas polémicas y el gol en el descuento que le daba los 3 puntos a uno de los equipos.
Mientras, Pablo echaba sus partidas a las canastas, intentando dejar el récord de la máquina (no pudo ser).
Para finalizar el día, todo el grupo se desplazó a Chez Pérez para visualizar el partido en diferido y disfrutar de unas buenas patatuelas-doritos-palomitas, a la vez que Ángel en la pequeña pantalla se dejaba las uñas por el Fuenla, que dio una tremenda alegría por volver a remontar el partido marcando dos goles en el descuento.
Gran día fue! Esperando que la próxima comida-futbolín de la temporada 23-24 no sea tan tardía. 😆
Muy bien escrito y entretenido.. a por más años de tradición comuniera 😄
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